martes, 23 de febrero de 2010

Pensando en voz alta

“Parece que vivimos en un mundo al revés”

Primero que nada ofrezco una disculpa por esta larga "pausa" sin comentarios o artículos publicados. Pero precisamente el motivo de este silencio se fundamenta en los temas antes mencionados, las reglas como parte esencial para la formación de personas autónomas y cómo llegar a una relación armoniosa con nuestros hijos.
Sin embargo, en los últimos meses se ha presentado un factor muy interesante: el factor cultural. En los países “en vías de desarrollo” las familias educan a sus hijos a ser obedientes, a no cuestionar la palabra del padre o de la madre, a compartir lo que se tiene, a tener disciplina y a ser buenos estudiantes. Pero este modelo ha dado resultado?, son nuestros hijos felices? las personas que están a nuestro alrededor son personas saludables en lo psicológico y corporal?, son gente con habilidades sociales?, o mejor aun, somos personas respetuosas y responsables? Viendo un panorama que cada vez se hace mas violento y una sociedad que tiene hambre de consumo yo diría que esas costumbres no están teniendo resultados positivos.

De este lado, en uno de los países “desarrollados” las personas son motivadas a expresar su opinión, a cuestionar las reglas (independientemente si se tienen razón o no), a tener un trato mas igualitario entre padres e hijos, a llamar por el nombre propio a los padres, a no tomarle importancia a las expresiones de ira o berrinches explosivos, a preocuparse primero de uno mismo. Resultados? Personas realmente autónomas, respetuosas y responsables sin duda. Pero cada vez mas personas con menos compromiso social, mas divorcios, mas familias con padres o madres solteras, mas división social, mas jóvenes consumiendo alcohol y drogas en edades muy tempranas, mas gente que abusa de sus derechos civiles , mas consumo, mas comida rápida, mas “burbujas de un mundo perfecto y feliz”
Dos realidades distintas y similares, “parece que vivimos en un mundo al revés”.

Hago estos comentarios desde mi humilde opinión, sin fundamentos estadísticos o bibliográficos, es lo que percibo a mi alrededor, son las comparaciones y analogías que encuentro entre este país y mi lugar de origen las que causan pensamientos encontrados.
Es claro que ambos “modelos” arrojan resultados similares, no se sorprenda si encuentra que no hay muchas diferencias, lo que los medios difunden sobre países europeos son muestras de riqueza, bienestar y progreso económico. Pero hay que sacar provecho de la experiencia y de la oportunidad que se tiene cada día de aprender y sobre todo de ser tolerante.

Para finalizar les comparto unas ideas que pueden servirle como inicio a una “reeducación” sobre las reglas y la enseñanza de responsabilidad a los niños: se tiene que abandonar en la medida de lo posible las posturas “de autoridad”, de “matriarcado o patriarcado” donde la palabra de los padres es ley, con este ejemplo lo único que logramos una mayor desigualdad y una predisposición a la discriminación. No se puede ensenar igualdad o equidad si se es autoritario. Recuerde que los hijos aprenden mas de los ejemplos en casa que de los libros en la escuela.
Somos representantes de las reglas, no somos la Ley y que todos tenemos el derecho de expresar nuestras opiniones en un ambiente de cordialidad y armonía. Una solución puede desarrollarse a través de la “negociación”, que no es mas que ponerse de acuerdo en algo. Tomar en cuenta las opiniones, pensamientos y sentimientos para acordar reglas. Es un juego de dar y recibir, es un “contrato” en el que debe procurarse hablar de “me gustaría”, “yo quisiera”, “sería posible”, cuando tu haces esto... yo me siento...”, cuando tienes una actitud así... yo pienso”, “no me gusta tu actitud”, “que te parece si yo hago... y tu haces...”
Queda prohibido hablar con etiquetas como “eres una o un...” te pareces a...”, “eres igualito a...”

Es importante que usted tome hoy la desición de ensenar reglas a los niños, entre mas temprano se establezcan límites mas resultados positivos se obtendrán: mayores logros académicos, mejor convivencia familiar y escolar, una actitud optimista frente a la vida (no solo del niño, también de usted Madre o Padre) y en general una sensación de conseguir una meta personal que trasciende a lo familiar: aprender a ser mejor. La responsabilidad que quiere trasmitir a sus hijos se aprende cuando usted toma desiciones que favorecen a sus hijos.

Entre mas tarde tome usted la desición, mas dolores de cabeza tendrá, el ajuste familiar en la pubertad y a la adolescencia estará llena de conflictos innecesarios, estará mas predispuesto a la violencia verbal o física y la sensación de fracaso como madre o padre afectará en su trabajo, a su pareja y sus relaciones sociales... Se lo digo por experiencia mas que por conocimientos 